Rinoceronte gris. Michele Wucker en “The Gray Rhino” publicado en 2016 define este concepto como un “conjunto de peligros evidentes que sistemáticamente son ignorados representando amenazas con una elevada probabilidad de hacerse reales y que conllevan un elevado impacto”.
Quizás la tendencia al optimismo o querer protegernos de la evidencia, hace que los rinocerontes grises presentados como un peligro conocido, una amenaza a la que se presta poca atención, acaben convirtiéndose en una realidad.
Esta metáfora es la que algunos analistas han empleado para referirse a la actual crisis mundial que vivimos a causa del COVID-19.
Este rinoceronte gris con el que nos está tocando lidiar, está teniendo unos resultados devastadores especialmente en cuanto a la pérdida de vidas humanas, sin embargo, los momentos de crisis pueden convertirse en oportunidades para encontrar lo mejor de nosotros mismos y avanzar como sociedad.
Un ejemplo de ello es la transformación urbana y la nueva manera de vivir la ciudad que, al menos a corto y media plazo, es de obligada necesidad. Y es que la búsqueda del espacio para mantener las distancias de seguridad es clave en estos momentos.
Por ello, son muchos los ejemplos de ciudades que ya tienen planes establecidos para poner en marcha de manera inmediata con el objetivo de mantener el distanciamiento social. Estas medidas de urbanismo táctico están enfocadas a dar espacio al peatón y la bici en detrimento del vehículo privado (de media, un porcentaje superior al 60% del espacio público de la ciudad está destinado al automóvil)
Algunos de los ejemplos concretos de estas iniciativas son los que se muestran a continuación:
París
300 millones de € de inversión y 650 km de carriles bici y ciclovías se emplearán para que el próximo 11 de Mayo se mantenga el distanciamiento social de las personas en sus desplazamientos. Para ello se quitará el espacio necesario a los coches y se eliminarán algunos de los aparcamientos destinados a ellos. Además de los carriles bici en el centro de París, se crearán 9 ciclovías que conectarán el centro con los barrios periféricos de manera que estas rutas en superficie se asemejen a las que en la actualidad siguen las líneas de metro. En Paris existen experiencias previas y muy recientes con respecto a la importancia de la bicicleta como medio de transporte alternativo. Y es que durante la huelga de transporte público de finales de año por la reforma de las pensiones el uso del carril bici aumentó hasta un 96%.
Berlín
En el sur de Berlín se ha comenzado con la duplicación del ancho de los carriles bici y plantea extenderse esta medida al resto de zonas de la ciudad. Además, las tiendas de reparación de bicicletas están exentas de las limitaciones de aperturas de comercios.
Barcelona
La semana pasada se presentaban las actuaciones de movilidad para preservar el distanciamiento social, tan necesario e importante en una ciudad tan densamente poblada como Barcelona. La ciudad ganará 21 km de carriles para bici y patinetes y se realizará una ampliación de aceras restándole espacio al coche. Asimismo, la red de bicicletas públicas tiene prevista la implantación de 57 nuevas paradas de manera urgente y 40 más a lo largo del año con el objetivo de disponer de 519 estaciones y más de 7.000 bicicletas a final de año.
En este artículo de El Periodico pueden observarse algunas de las medidas propuestas en la Ciudad Condal.
Otras ciudades también han planteado medidas similares, por ejemplo, en Dublín se han suspendido las zonas de estacionamiento para aumentar el espacio. En Bruselas en todo el centro histórico de la ciudad tendrán prioridad los peatones y los ciclistas, además la velocidad permitida es de 20km/h. En San Francisco destaca el programa Slow Streets que busca limitar el tráfico de vehículos mediante conos y señales para promover el uso de la bicicleta y el tráfico de peatones y en Pamplona, además de carriles bici temporales, se plantea reducir el tiempo de espera de peatones en los semáforos para evitar que las personas puedan aglomerarse mientras esperan para cruzar.
En cualquier caso, la bicicleta y el modo a pie no son herramientas válidas para cualquier desplazamiento por lo que también es necesario evitar que el miedo a las aglomeraciones en el transporte público hagan que las personas cambien de modo pasándose al coche. Esto conlleva un análisis y mejora de la oferta en transporte público, por ejemplo, con la ampliación de carriles bus que den agilidad al servicio y permitan reducir su aforo. Además, posteriormente estas mejoras pueden funcionar como estímulo económico para las ciudades tal y como se apunta en el informe “Tras la respuesta a la emergencia: Estrategias para el transporte público frente a la pandemia del SARS-CoV-2. Claves para la acción” del Mobility Institute Berlin.
A lo largo de la historia existen numerosos ejemplos de ideas y medidas impopulares que fueron impuestas aprovechando la confusión y el miedo provocado por desastres, contingencias o catástrofes naturales. Sin embargo, esta “doctrina del shock” (término empleado por la periodista Naomi Klein) puede aplicarse en positivo aprovechando la crisis para encontrar oportunidades con las que redireccionar y mejorar algunos aspectos de nuestra vida.
Un ejemplo es la crisis del petróleo de 1973. Comenzó a raíz de la decisión de la OPEP de no exportar más petróleo a aquellos países que habían apoyado a Israel durante la guerra de Yom Kipur que enfrentaba a Israel con Siria y Egipto. Este embargo petrolero afectó sobre todo a Estados Unidos y Europa Occidental con los Países Bajos como nación afectada. El gobierno de los Países Bajos, con el objetivo de ahorrar combustible, prohibió el uso de vehículos privados con motor de combustión los domingos a excepción de la policía, los bomberos y el personal médico. Esto cambió el concepto de ciudad, se redescubrieron las calles libres de vehículos y se vio la bicicleta como un modo de desplazamiento. Posteriormente comenzaron a financiarse los primeros carriles bici segregados. En la actualidad Paises Bajos dispone de 37.000 km de carril bici y un ratio de 1,3 bicis por habitante con un reparto modal en la capital de aproximadamente el 40% destinado a la bicicleta.
Por tanto, la historia nos pone ejemplos de cómo estos rinocerontes grises, estas crisis, pueden ser una oportunidad única para tomar decisiones que ayuden a mejorar y crecer como sociedad. Especialmente en esta crisis, en la que el pensamiento colectivo ha ganado enteros frente al pensamiento individual es importante aprovechar la inercia para lograr un punto de inflexión y que muchas de las iniciativas en movilidad que se plantean como temporales puedan convertirse en permanentes.
Gracias por su lectura.
Itziar Buruchaga | Ingeniera Senior
Referencias
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